Leemos y escuchamos sobre generar contenidos de calidad. Nos insisten por todos lados en la calidad que deben tener nuestros contenidos. Pero, nos preguntamos: ¿calidad para qué?, ¿calidad para quién?
Nos empiezan a dar un cúmulo de recomendaciones generales, desde la "a" hasta la "z", acerca de cómo escribir con calidad, y nosotros comenzamos a aplicarlas de manera muy animosa. Algunas veces nos dan resultados positivos, otras no tanto.
Pero, nos hemos detenido a revisar ¿qué es lo que significa contenidos de calidad? ¿Desde qué lado lo estamos respondiendo: desde el cliente, desde el lector, desde el escritor? ¿A quién le pedimos calidad? Y ¿para qué la calidad?
Con estas interrogantes, vale la pena abrir un espacio para reflexionar sobre ello.
Este post vamos a iniciarlo respondiéndonos algunas de las interrogantes planteadas y luego vamos a focalizarnos en presentar 20 consideraciones, que desde nuestro espacio colaborativo, apreciamos, pueden resultar de valor para nuestra tarea de escribir con calidad.
La acción de escribir va más allá de convertir el lenguaje en símbolos escritos, que al final es lo que representa nuestro abecedario. Obedece realmente a un proceso de pensamiento. Entonces, no debemos verlo como un simple producto. ¡Es un proceso!
Al comprender la escritura como un proceso, debemos entender que hay actividades por realizar para lograr escribir. No se trata de que baje la musa y nos sople al oído y luego, transcribimos. ¡No! Se trata de sistematizar el proceso de escribir.
Para ello se recomienda considerar aspectos como:
Al ver esta pequeña lista nos damos cuenta de que efectivamente se trata de un proceso. Y esas actividades descritas demuestran que se puede sistematizar; es decir, podemos, bajo un enfoque integral, definir las actividades, ponerles un orden, ejecutarlas y medirlas. Eso es sistematizar.
¿Qué es lo bueno de todo esto? Que si la musa no viene, nos abandona o se pone en huelga, tenemos otras opciones para lograrlo.
Al empezar a redactar contenidos tenemos que ubicarnos desde qué rol lo realizaremos.
¿Vamos a escribir algo para nuestro blog? O ¿Vamos a escribir algo para un cliente que vende?
Sea lo que sea, es importante que estemos convencidos y cómodos con lo que vamos a escribir. Si no estamos escribiendo desde nuestra convicción, nuestros lectores no disfrutarán leyendo el contenido. Eso no lo dudes.
Desde nuestro proceso investigativo y reflexivo, queremos compartir las siguientes 20 consideraciones que pueden orientarnos en nuestro proceso de escribir buscando la calidad.
Identifica cuál es tu público objetivo. Es importante saber con bastante precisión quienes serán tus lectores y lo que ese lector busca o quiere leer. De allí defines cuál será el tono que imprimirás a tus contenidos.
Para aprovechar el tiempo, puedes delinear los temas sobre los cuales escribirás. Los mapas mentales son una herramienta muy útil, práctica y simpática para abordar esta tarea. Te permiten ir abriendo ramas por cada tema y organizándolos.
Contar con un calendario te ayuda a planificar, organizar y ser más productivo. Así que elabora tu calendario, con fechas de compromiso reales, que efectivamente puedas cumplir. Toma en cuenta tus capacidades, disponibilidad y recursos. Importante: establece un calendario que sea realista.
De forma anticipada esquematiza el cuerpo que tendrá tu contenido. Generalmente se habla de introducción, desarrollo y conclusión.
La introducción que sea motivadora de forma que incite a continuar la lectura y a atrapar ese ávido lector. Al finalizar de leer tu contenido, el lector debe quedar con un nuevo conocimiento, y la conclusión es un momento muy efectivo para resumir esa idea principal del contenido.
Define también los tamaños de los párrafos y si se trata de un contenido corto o de larga extensión. Dependiendo del tema en cuestión, puedes aprovechar para que al final del contenido dejes inquietudes abiertas sobre el tema tratado, incitando a que el lector investigue, se interese más… y ¿por qué no? Llevar al lector a un nuevo tema del que quieras escribir.
Todos tenemos algunas áreas de especialización, sobre ellas nos será más fácil escribir. Pero indiscutiblemente, la investigación nos enriquece. Tanto en lo que ya conocemos como en lo que no. Cuando vamos a escribir sobre algo desconocido, hagámoslo desde la humildad de admitir que no somos expertos, y por lo tanto, busquemos a especialistas, indaguemos, estudiemos. Y siempre admite que te estás metiendo en un área que no manejas en toda su extensión. Sé sincero!
No hay nada peor que ponernos a escribir y ser interrumpidos o tener que suspender nuestra tarea porque tenemos algo que hacer. Precisa cuál es ese momento y lugar donde las interrupciones pueden minimizarse.
El título es la presentación de tu contenido. En él puedes reflejar las palabras claves de tu texto y el valor que le dejará al lector. Siembra con el título, la inquietud sobre lo que leerá y lo que puede dejarle.
Luego de contar con un título que cautive, toca preparar una introducción igualmente atractiva, que manifieste los elementos necesarios para seguir leyendo. Familiariza al lector con lo que viene, dale contexto, de tal forma que se sienta interesado para terminar de leer el texto.
Un error ortográfico hace perder la credibilidad más rápido de lo que imaginas. Así que cuida con terco empeño este aspecto dentro de tus contenidos. No olvides: un diccionario a la mano, es un gran aliado.
Asegúrate de que durante todo el contenido mantengas el tono que seleccionaste, eso hace que el lector sienta la congruencia en cada línea. Y recuerda vigilar la coherencia en tus mensajes. Las contradicciones hay que combatirlas.
¿Te ha pasado que estás leyendo un post y perdiste el hilo de la lectura? Muchas veces no es que te perdiste, sino que el contenido se desvió y desapareció la coherencia. Revisa que la estructura definida se mantenga a lo largo del texto.
El ánimo que pongamos al escribir se nota. Seamos auténticos y originales, transmitiendo nuestra convicción a las letras. Imbuirse en lo que escribimos, hace que el contenido resalte. Se siente vivo. Apunta a la letra orgánica.
Nada peor que leer y leer líneas y no recibir algo de valor a cambio. Imprime todo el valor que puedas a lo que escribes. Que cada línea tenga un sentido.
La precisión tiene una gran virtud. Expresa las ideas de una forma clara, que puedan ser entendidas por todo público. Existen contenidos basados en temas científicos, que ameritan una rigurosidad y, sin embargo, cuando son redactados de forma clara y sencilla, pueden entenderse. El lector entiende cualquier concepto que emitas, siempre y cuando se exprese de la forma precisa.
Proporciona estética a tus textos para que su lectura sea más fácil y amena. Escribe párrafos cortos. Utiliza las negritas y las cursivas para llamar la atención de algo importante. Haz uso de las viñetas y las numeraciones. Ordena el texto con subtítulos. Todo ello facilita la lectura.
Cuando termines de escribir, no pienses que terminaste. ¡No! Vuelve a leerlo y a leerlo. Ajusta, corrige. Pero tampoco dejes que el síndrome del perfeccionismo te agarre. Si puedes, haz que un tercero lo lea y te haga saber sus comentarios.
Todo lo que se hace hay que medirlo… Sólo así se mejora. Pues, cuando tus contenidos sean publicados, mide las respuestas de los lectores, el enganche, las veces que lo compartieron. En estas métricas y otras, conseguirás datos de interés que te pueden ayudar a fortalecer o mejorar algunos aspectos.
El diseño gráfico es una herramienta poderosísima. Le da un toque mágico a tus contenidos. Con las infografías puedes brindar resúmenes ingeniosos y muy útiles. Las imágenes, videos y cualquier otro contenido visual, bien diseñado, da una versatilidad importante a tus contenidos.
Y luego de escribir desde el corazón pero con enfoque sistematizado, toca revisar e inyectar las técnicas de escribir para los buscadores de internet, y que así puedas ver tus contenidos bien posicionados. Hay muchas recomendaciones en este sentido. Ubícalas y ponlas en práctica.
Mantén un canal abierto con tus usuarios. Ellos son un termómetro muy eficiente para medir la efectividad de tus contenidos. Además, pueden darte muchas luces acerca de nuevos temas a abordar y sugerencias a revisar y considerar.
Los links nos brindan una extraordinaria manera de conectar al lector a otras puertas de información referenciada en el contenido, dando así una información más completa. Cuando hagamos uso del link dentro del texto hagámoslo siempre con coherencia, dirigidos hacia contenido relevante y sin abusar en cantidad.
Revisemos, estudiemos, investiguemos. No nos arrepentiremos de ello. Escribir es un proceso; al organizarlo en pasos logramos su sistematización. Y ten por seguro, que hacerlo de esta forma, no ahuyenta las musas. Compruébalo por ti mismo.
Luz Mariela Ruiz
Ingeniero de Sistemas con experiencia en Planificación Estratégica y Análisis Organizacional. Como creyente de la magia en las letras, me dedico a la creacion de contenidos que se conecten con el lector, respondiendo a sus necesidades; siempre desde la ética y el respeto.
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